Que actuamos de forma diferente en tiempo de crisis que en condiciones "normales", queda claro. Que en cada época se establece una forma de pensar y de actuar de la cual se desprenden nuestros comportamientos es una evidencia. Que la actual situación de crisis es económica, pero también existencial, como personas y como sociedad, es cada vez más patente. Tanto es así, que el otro día me enteré que existe una figura profesional que se encarga de pronosticar y predisponer las tendencias en nuestras decisiones y comportamientos, llegando, por ejemplo, a predecir cuál será el color de coche preferido en los próximos años.
Precisamente recuerdo un artículo en la prensa del año 2006 donde se hablaba de los cambios en la demanda del color preferido de los coches nuevos por parte de los hombres, pasando del plateado al negro. Era el momento álgido del dinero prestado y estos colores tenían un coste añadido. Hoy, en cambio, el blanco es color de moda, el mismo color del coche que compró mi padre en el 1992, año de crisis también. Ahora incluso los vehículos deportivos son blancos. De este modo y sin darnos cuenta, a través del consumo, como punta del iceberg de las actitudes humanas, vamos sabiendo más cosas de los factores que determinan los comportamientos de las personas.
Tanta es la voluntad de predecir y de conocer los motivos que predisposen las decisiones y afectan las conductas en cada momento, que dos estudiosos norteamericanos del Mercyhurst College, a Pennsylvania elaboraron un estudio, que se presentó al encuentro anual del American Psychological Society el año 2003, donde relacionaban las preferencias ideales de los hombres por el tipo de mujeres con los ciclos económicos. El estudio analizaba las portadas de la revista Playboy y llegaba a la conclusión que los hombres preferían un tipo de chicas más maduras y con más "curvas" en épocas de crisis, mientras que gustaban las más jóvenes y menos voluptuosas en periodos de bonanza económica. La teoría es que las curvas de las chicas siguen las curvas de la economía.
Creo, sinceramente, que seria interesante hacer un estudio de similares características que explicara cuáles son las tendencias entre las mujeres, porque también cambian. Por ejemplo, años atrás se hablaba del hombre perfeccionista, de cuerpos finos, muy cuidados, depilados y profesionalmente agresivos y ganadores. Años después, se ha recuperado la imagen del hombre masculinizado, con barba arreglada, menos sofisticado, más cotidiano, con actividades profesionales de éxito, pero que lo que le importa es disponer de tiempo de ocio y dimensión social. Parece, pues, que hombres y mujeres en tiempos de crisis recuperamos la "normalidad", somos más "nosotros" y buscamos el candidato o candidata que puede ofrecernos la mejor respuesta a nuestras necesidades de presente y de futuro.
Teniendo en cuenta estas actitudes y comportamientos, que son similares a las que se dan en situaciones de conflicto, me atrevo a hacer un pronóstico sobre la tendencia en la búsqueda de la pareja, y que se puede aplicar en otros muchos ámbitos de nuestras relaciones sociales.
A la hora de iniciar un proyecto de vida se priorizará la elección de aquella persona que responda a las preferencias personales y emocionales del momento, pero que sea capaz de hacerlo también con un carácter continuado en el campo económico, social y cultural. Así, de ahora en adelante, las personas más buscadas serán sobre todo los profesionales que dispongan de un nivel de ingresos estable y que nos aporten valor a nosotros y a la sociedad, como por ejemplo, los profesionales de la banca con responsabilidad social, los del sector público más implicados, los del sector privado sobre todo de las TIC y redes sociales digitales, los expertos en gestión y resolución de conflictos, pues los problemas crecen; y evidentemente los del mundo del espectáculo, preferentemente el fútbol.
Precisamente recuerdo un artículo en la prensa del año 2006 donde se hablaba de los cambios en la demanda del color preferido de los coches nuevos por parte de los hombres, pasando del plateado al negro. Era el momento álgido del dinero prestado y estos colores tenían un coste añadido. Hoy, en cambio, el blanco es color de moda, el mismo color del coche que compró mi padre en el 1992, año de crisis también. Ahora incluso los vehículos deportivos son blancos. De este modo y sin darnos cuenta, a través del consumo, como punta del iceberg de las actitudes humanas, vamos sabiendo más cosas de los factores que determinan los comportamientos de las personas.
Tanta es la voluntad de predecir y de conocer los motivos que predisposen las decisiones y afectan las conductas en cada momento, que dos estudiosos norteamericanos del Mercyhurst College, a Pennsylvania elaboraron un estudio, que se presentó al encuentro anual del American Psychological Society el año 2003, donde relacionaban las preferencias ideales de los hombres por el tipo de mujeres con los ciclos económicos. El estudio analizaba las portadas de la revista Playboy y llegaba a la conclusión que los hombres preferían un tipo de chicas más maduras y con más "curvas" en épocas de crisis, mientras que gustaban las más jóvenes y menos voluptuosas en periodos de bonanza económica. La teoría es que las curvas de las chicas siguen las curvas de la economía.
Creo, sinceramente, que seria interesante hacer un estudio de similares características que explicara cuáles son las tendencias entre las mujeres, porque también cambian. Por ejemplo, años atrás se hablaba del hombre perfeccionista, de cuerpos finos, muy cuidados, depilados y profesionalmente agresivos y ganadores. Años después, se ha recuperado la imagen del hombre masculinizado, con barba arreglada, menos sofisticado, más cotidiano, con actividades profesionales de éxito, pero que lo que le importa es disponer de tiempo de ocio y dimensión social. Parece, pues, que hombres y mujeres en tiempos de crisis recuperamos la "normalidad", somos más "nosotros" y buscamos el candidato o candidata que puede ofrecernos la mejor respuesta a nuestras necesidades de presente y de futuro.
Teniendo en cuenta estas actitudes y comportamientos, que son similares a las que se dan en situaciones de conflicto, me atrevo a hacer un pronóstico sobre la tendencia en la búsqueda de la pareja, y que se puede aplicar en otros muchos ámbitos de nuestras relaciones sociales.
A la hora de iniciar un proyecto de vida se priorizará la elección de aquella persona que responda a las preferencias personales y emocionales del momento, pero que sea capaz de hacerlo también con un carácter continuado en el campo económico, social y cultural. Así, de ahora en adelante, las personas más buscadas serán sobre todo los profesionales que dispongan de un nivel de ingresos estable y que nos aporten valor a nosotros y a la sociedad, como por ejemplo, los profesionales de la banca con responsabilidad social, los del sector público más implicados, los del sector privado sobre todo de las TIC y redes sociales digitales, los expertos en gestión y resolución de conflictos, pues los problemas crecen; y evidentemente los del mundo del espectáculo, preferentemente el fútbol.
Comentaris