Publicado en el Diari de Girona el 22 de noviembre de 2010
Publicado en el blog de l'ACDMA social network
¿Por qué cuando tenemos un conflicto no buscamos un conflictólogo o conflictologa que nos ayude a resolverlo?
¿Por qué sólo buscamos a estas personas cuando no sabemos qué hacer, mientras frente a otros problemas contratamos al profesional adecuado de entrada?
A finales del 2010 se produjo una catástrofe humana y ambiental en Hungria de grandes proporciones y ocasionó la búsqueda urgente de profesionales que explicaran como frenar y eliminar el derramamiento tóxico de barro rojo de 1.000.000 m2 que estaba afectando unos 40 qm2. No se pedía dinero, sino especialistas capaces de dar respuesta a esta emergencia humana, territorial, ambiental y pública que sufrían y sufrirán los húngaros, pero que podría afectar los habitantes de los otros países -Croacia, Serbia, Rumana y Bulgaria- por dónde transcurrir el Danubio.
Andy Carvin, en el Personal Democracy Foro -espacio dedicado al análisis y la reflexión de la influencia de la tecnología en la política democrática-, explicó como desde internet se ha encarga de coordinar la información y las actuaciones de voluntarios, profesionales, entidades e instituciones públicas que quieren dar respuesta a desastres naturales y a otros conflictos en todo el mundo. A partir de los atentados del 11-S del 2001 en Nueva York, Carvin creó un espacio interactivo de noticias para compartir información, poner en línea los americanos y al mundo para explicar exactamente que estaba pasando, desmintiendo rumores y articulando una respuesta colectiva al conflicto. Su trabajo en el Tsunami de la India como en el terremoto de Haití ayudó a las comunidades, en internet y en tiempo real, a reaccionar de forma efectiva y prepararse también a los desastres y conflictos.
Coincidentemente, hace unas semanas, grabé un vídeo para internet dónde explico que el éxito o el fracaso de un conflicto depende sobre todo de la formación. Estas competencias transforman a una persona en un experto capaz de dar respuesta al conflicto entendido como un proceso de comunicación, confrontación o competición de intereses, percepciones y actividades aparentemente incompatibles y antagónicas sobre algún hecho o idea, un malestar o una insatisfacción, entre dos o más partes, que causa perjuicios físicos, psíquicos, económicos, de imagen, etc.
Diferentes conflictólogos, en diferentes momentos, ayudaron a qué finalmente los gobiernos de Inglaterra e Irlanda lograran un acuerdo de paz en Irlanda del Norte y el desarme del IRA; son conflictólogos los que facilitan que los habitantes de un municipio lleguen a un acuerdo a los problemas comunitarios y públicos, pero también los que saben generar consenso sobre los conflictos que afectarán la estabilidad y la seguridad en el futuro; son también los que auxilian diariamente a las organizaciones a gestionar positivamente los conflictos entre sus diferentes miembros.
En Cataluña, durante los últimos 10 años, instituciones públicas locales y entidades han desarrollado proyectos y servicios para gestionar conflictos a partir de los conocimientos de la Resolución de conflictos y del trabajo de los conflictólogos y conflictólogas. Ahora, espero que, como mínimo, los responsables públicos y de las organizaciones, cuando se dé un conflicto de estas características, piensen en buscar la ayuda y los servicios de algún de los muchos conflictólogos del país que han pasado por los diplomas de postgrado o master que se organizan. De la calidad de estos expertos y expertas, especialmente de los que pasan por el postgrado de Resolución de conflictos públicos, yo doy fe.
¿Por qué cuando tenemos un conflicto no buscamos un conflictólogo o conflictologa que nos ayude a resolverlo?
¿Por qué sólo buscamos a estas personas cuando no sabemos qué hacer, mientras frente a otros problemas contratamos al profesional adecuado de entrada?
A finales del 2010 se produjo una catástrofe humana y ambiental en Hungria de grandes proporciones y ocasionó la búsqueda urgente de profesionales que explicaran como frenar y eliminar el derramamiento tóxico de barro rojo de 1.000.000 m2 que estaba afectando unos 40 qm2. No se pedía dinero, sino especialistas capaces de dar respuesta a esta emergencia humana, territorial, ambiental y pública que sufrían y sufrirán los húngaros, pero que podría afectar los habitantes de los otros países -Croacia, Serbia, Rumana y Bulgaria- por dónde transcurrir el Danubio.
Andy Carvin, en el Personal Democracy Foro -espacio dedicado al análisis y la reflexión de la influencia de la tecnología en la política democrática-, explicó como desde internet se ha encarga de coordinar la información y las actuaciones de voluntarios, profesionales, entidades e instituciones públicas que quieren dar respuesta a desastres naturales y a otros conflictos en todo el mundo. A partir de los atentados del 11-S del 2001 en Nueva York, Carvin creó un espacio interactivo de noticias para compartir información, poner en línea los americanos y al mundo para explicar exactamente que estaba pasando, desmintiendo rumores y articulando una respuesta colectiva al conflicto. Su trabajo en el Tsunami de la India como en el terremoto de Haití ayudó a las comunidades, en internet y en tiempo real, a reaccionar de forma efectiva y prepararse también a los desastres y conflictos.
Coincidentemente, hace unas semanas, grabé un vídeo para internet dónde explico que el éxito o el fracaso de un conflicto depende sobre todo de la formación. Estas competencias transforman a una persona en un experto capaz de dar respuesta al conflicto entendido como un proceso de comunicación, confrontación o competición de intereses, percepciones y actividades aparentemente incompatibles y antagónicas sobre algún hecho o idea, un malestar o una insatisfacción, entre dos o más partes, que causa perjuicios físicos, psíquicos, económicos, de imagen, etc.
Diferentes conflictólogos, en diferentes momentos, ayudaron a qué finalmente los gobiernos de Inglaterra e Irlanda lograran un acuerdo de paz en Irlanda del Norte y el desarme del IRA; son conflictólogos los que facilitan que los habitantes de un municipio lleguen a un acuerdo a los problemas comunitarios y públicos, pero también los que saben generar consenso sobre los conflictos que afectarán la estabilidad y la seguridad en el futuro; son también los que auxilian diariamente a las organizaciones a gestionar positivamente los conflictos entre sus diferentes miembros.
En Cataluña, durante los últimos 10 años, instituciones públicas locales y entidades han desarrollado proyectos y servicios para gestionar conflictos a partir de los conocimientos de la Resolución de conflictos y del trabajo de los conflictólogos y conflictólogas. Ahora, espero que, como mínimo, los responsables públicos y de las organizaciones, cuando se dé un conflicto de estas características, piensen en buscar la ayuda y los servicios de algún de los muchos conflictólogos del país que han pasado por los diplomas de postgrado o master que se organizan. De la calidad de estos expertos y expertas, especialmente de los que pasan por el postgrado de Resolución de conflictos públicos, yo doy fe.
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