Pasaran MÁS cosas

Del hecho de estar confinados en nuestros domicilios debido al estado de alarma por el coronavirus, prevista inicialmente para quince días, pasarán cosas, más cosas de las que podemos imaginar. Porque ya saben que la realidad supera la ficción.

Por ejemplo, ahora estamos siendo obedientes y seguimos las pautas dadas para el confinamiento, pero que pasará cuando estamos a punto de llegar al plazo impuesto de días y resulta que nos dicen que tenemos que estar 15 días más? ¿Cuánto tiempo tardaremos en invitar a amigos y familia, sobre todo una vez observamos que los casos de infección y de muerte disminuyen, y que nosotros habiendo tenido los síntomas o la enfermedad no ha pasado nada?

Será entonces, cuando una vez pierda fuerza el argumento del miedo, que volveremos a los hábitos de antes del estado de alerta. Buscaremos la manera de distraernos y pasarlo bien en el tiempo que podamos. Buscaremos un poco de liberación y de contacto personal y social, más allá de la pantalla, porque a pesar que la tecnología se esfuerce mucho y esté cada vez más cerca de conseguirlo, en lo que son las relaciones humanas, aún no da el 100%. Entonces invitaremos amigos y amigas, compañeros de trabajo y familia- por este orden- y haremos fiestas en las casas y ruido para pasarlo bien. En ese momento, el latente pacto comunitario derivado del confinamiento saltará por los aires y aparecerán los conflictos entre vecinos y vecinas, especialmente por el ruido de la actividad festiva de unos y otros.


Así por ejemplo, de esta necesidad de pasarlo bien, no tardarán en aparecer por las redes sociales digitales algunos DJs (Disc Jockey), que con la discoteca cerrada, se ofrecerán para tocar en nuestras fiestas domésticas a distancia. Sí el teletrabajo ha llegado para quedarse, no lo puede hacer la telefiesta, telefarra? Así por un precio, estos especialistas de la música de moda que nos hacen bailar, nos pincharan la música directamente en nuestros domicilios, quizás a más de uno a la vez, que escucharemos a toda pastilla de noche y de día en nuestros comedores y azoteas.

Y he aquí que nos tocará actuar. Mediadores y mediadoras nocturnas que gestionan los conflictos en las zonas de ocio nocturno sobre todo debido al ruido de la música y de la gente gritando en las calles y plazas de los municipio y haciendo compatible fiesta y descanso, ahora nos tocará hacer lo mismo en los domicilios presencial o, lo más seguro, a distancia. El futuro ya está aquí.


Por lo tanto, si algo estamos aprendiendo de esta crisis, es que internet ocupará un espacio central en nuestras vidas y está generando cambios en nuestras formas de actuar a nivel laboral como social y personal.

Tanto es así que aquellas y aquellos que se dedican a la venta y alquiler de oficinas a partir de ahora lo tendrán peor. ¿Cuál es el motivo? En comparación a la vivienda, la recuperación del precio del mercado de la contratación de oficinas ha sido mucho más lento y sobre todo se han recuperado gracias a los precios de los alquileres que pagan las empresas. Y resulta que ahora, con esta crisis que ha empujado al teletrabajo, los empresarios han descubierto que ya no se necesitan oficinas para que los trabajadores y trabajadoras estén ocupados y hagan el trabajo, ahora ya lo pueden hacer desde casa. Es decir que no hay que tener oficinas o tan grandes o tantas.


Y es que los estudios sobre el teletrabajo demuestran que cuando se trabaja desde casa se hace más y con menos distracciones, en contra de lo que se ha podido pensar. Ya está! Acabamos de decir las palabras mágicas que quieren escuchar a los que están al frente de las empresas y también los políticos al frente del país. Trabajar desde casa significa trabajar más, y en consecuencia incrementar la productividad del trabajador y de rebote del producto o servicio de la empresa. Pero, hay algo más, como lo hace desde fuera de la oficina, la empresa podría ahorrarse los costes del alquiler de las oficinas y de los derivados de la actividad en estas espacios.



Y es que de las crisis, como conflictos, se derivan una serie de oportunidades. Ahora lo que hace falta es ver si estas oportunidades van a favor de la mayoría de las personas o de unas pocas personas como muchas veces ha ocurrido en el pasado.