Asociaciones, voluntariado y conflictos

XAVIER PASTOR
Publicado al Diario de Girona el 20 de diciembre de 2010.

El pasado 5 de diciembre se celebró el Día Internacional del Voluntariado. Precisamente, Catalunya tiene niveles próximos al de los países europeos en el número y el rol público de asociaciones y de voluntariado en diferentes ámbitos: social, comunitario, cultural, ambiental, internacional, etc. Podemos afirmar que el asociacionismo y el voluntariado son elementos característicos de nuestra sociedad. Aun así, el tejido asociativo y de voluntariado no está exento de conflictos. Antes al contrario, todo y su éxito, también se producen conflictos tanto en el ámbito interno como con los otros agentes sociales.

El año 2006, la editorial Mediterrania con la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Catalunya (CONFAVC) publicaban la "Guía práctica de la gestión de conflictos en el tejido asociativo y de voluntariado". Este libro presenta fórmulas y casos de gestión de conflictos, a partir del análisis de los puntos fuertes y débiles tanto a nivel interno como externo, con el objetivo de fortalecer las organizaciones y su acción.

Y es que este es un sector estratégico para el país, puesto que, hoy, los conflictos públicos ya no son patrimonio exclusivo de los gobiernos, lo cual permite a entidades y personas voluntarias dar respuesta a un abánico de problemas y conflictos, consolidándo sus funciones sociales y adquiriendo más reconocimiento en la sociedad. Así, según datos del estudio de la Generalitat de Catalunya «Los Catalanes y el Voluntariado», mientras que en el año 1996, un 64,9% de los catalanes afirmaba que "sería deseable que las asociaciones de voluntarios pudieran tener más protagonismo en la resolución de problemas sociales", el año 2001, eran un 82, 3%.

En mi opinión, 7 son las claves de este rol a la alza en la resolución de conflictos públicos del movimiento asociativo y de voluntariado:

1. Detectar. Hay la voluntad y la capacidad por parte de las asociaciones y de las personas voluntarias de detectar los conflictos.

2. Actitud positiva. Una manera de percibir, pensar y actuar frente a los problemas y de las personas. Las asociaciones aportan esta visión, recursos y apoyo.

3. Inmediatez y escalada conflictual. Los conflictos son procesos con fases. Las asociaciones detectan conflictos, dan una respuesta inmediata y proponen vías de solución abordando sus causas. También, recuerdan conflictos presentes no resueltos.

4. De bajo arriba. Las asociaciones canalizan demandas y necesidades colectivas, vehiculando el malestar ciudadano y son un espacio de formación democrática a través del diálogo y la participación.

5. De arriba abajo. Las asociaciones se implican en planes y programas con la administración para la mejora del sector asociativo y de la sociedad.

6. Transformar. Las asociaciones y el voluntariado consiguen resultados, plantean nuevas propuestas, idean nuevos proyectos, acercan a los ciudadanos cabeza al consenso social.

7. Reivindicar. Las asociaciones reivindican, a menudo por la vía de la generación de conflictos, una acción pública concreta para lograr una sociedad más democrática y más plural.

Y yo me pregunto: Qué pasaría si las asociaciones y el voluntariado no existieran o dejaran de existir? Pasaría que se tendríamos que crearlas, pues tal y como decía en la conferencia inaugural de las Jornadas de los Planes de Desarrollo Comunitario de Catalunya del 2009, el valor esencial y el gran papel que las asociaciones y el voluntariado desarrollan nuestra sociedad es la voluntad y la capacidad de abordar, gestionar y resolver conflictos y problemas sociales, y esta situación, todavía hoy, es más una realidad vivida que objeto de reflexión.

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