Una buena y nueva oportunidad

Artículo publicado el 10 de enero de 2011

El comunicado de ETA de declarar el alto el fuego "permanente, general y verificable" es una buena noticia. Y es que el mal denominado "conflicto vasco" hace demasiado tiempo que dura. Si bien, esta es la undécima vez que la banda terrorista declara una tregua, esta contiene elementos nuevos positivos, por ejemplo, su verificación por la comunidad internacional y la desaparición en el texto de reminiscencias a la historia, a las armas y a la necesidad de ganar.

Líderes políticos europeos de diferentes signos apresuran a los unos y a los otros, la política de los partidos independentistas y nacionalistas vascos, también. La ciudadanía harta de la violencia indefinida y de las treguas temporales valora positivamente sólo aquellos políticos decididos a encontrar una solución definitiva.En este sentido, Arnaldo Otegi, líder de la izquierda "abertzale" afirmaba, en una entrevista a John Carlin -autor de "El Factor humano" dónde se explica de cerca el proceso de reconciliación y de solución del conflicto de Sudafrica en manos de Nelson Mandela-, que no existe más camino hacia la independencia que el que se desarrolle por vías pacíficas y democráticas: "No contemplamos compatible con la estrategia independentista el recurso a la violencia armada". En esta entrevista del 17 de octubre pasado del País, Otegi pedía a ETA que declarara un alto el fuego "unilateral, permanente y verificable".

Para aquellos que tenemos memoria, todavía recordamos como años atrás las estrategias de la izquierda independentista pasaban por un choque frontal, con o sin violencia, con los otros partidos del País Vasco y en España. Francamente importaba poco el medio, si se conseguía la finalidad.

Hoy asistimos a un cambio, por pequeño que parezca, pero un cambio. ETA aplica aquello que el líder de la izquierda "abertzale" pide. Antes, se daba en sentido contrario: ETA mataba y los políticos de Herri Batasuna justificaban la acción, denunciando la criminalidad del Gobierno español y hablando de una guerra que debía ganarse. De lucha, armas y ganar está llena la declaración de tregua de ETA del septiembre de 2010.

Lástima de todos los procesos de tregua que se han declarado y de negociación que se han llevado a cabo antes. Pero como cualquier conflicto, este también debe ser abordado, gestionado y resuelto por las partes implicadas si se pretende que salga bien. En un conflicto, se puede parar la violencia, se puede facilitar el momento y las condiciones para negociar, se pueden persuadir las partes a abandonar definitivamente la lucha y a abrir el diálogo permanente, se pueden aportar formulas, procesos e instrumentos para gestionar el conflicto y mediadores preparados para hacerlo, pero nada funcionará si las personas y los grupos enfrentados no toman la decisión y orientan sus pasos hacia la solución.

Y es que mientras otros países con otros conflictos similares han conseguido procesos de paz y acordar soluciones compartidas desde la política y los instrumentos de la democracia; el mal denominando conflicto del País Vasco ha quedado parado. Por suerte, el tiempo pasa para todos y también para ETA, provocando, incluso, que aquellos que en el pasado creyeron y apostaron por el terrorismo, hoy niegan la legitimidad de la violencia para construir un proyecto colectivo de futuro.

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